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La destrucción de riqueza
¿Por qué las herencias se diluyen en la tercera generación?
A finales del año pasado, la revista Fortune compartió un dato preocupante: 70% de la riqueza de las familias se pierde en la segunda generación y 90% en la tercera.
En otras palabras, si una persona ha logrado acumular suficiente riqueza para heredarla a sus dos siguientes generaciones, en 9 de cada 10 escenarios dicha fortuna desaparecerá con los nietos.
Por tanto, heredar millones no garantiza que los beneficiarios tengan asegurada una fortuna ilimitada.
De hecho, si revisamos la lista de la gente más rica del mundo en 1918 (Forbes), pocos nombres nos suenan familiares hoy. Ciertamente, ninguno de los herederos de quienes integraron la lista entoces tienen sus nombres ahí hoy.
Nadie nace rico, sino que se hace rico. El estado natural del ser humano es la pobreza. Venimos al mundo sin nada, con más o menos suerte de tener personas que nos puedan criar con suficientes recursos durante nuestros años de dependencia.
Así mismo, la pobreza no es una cadena perpetua.
La clave de la riqueza es el conocimiento y el entorno favorable a la creación de empresas. Estados Unidos, a pesar de todos sus problemas políticos, tiene este entorno y de ahí que las mayores fortunas nazcan en este país.
¿Pero por qué se pierden casi todas estas fortunas a la tercera generación, incluso en EEUU?
Porque si bien los activos pasan a los herederos con un simple trámite legal (los testamentos son parte de la cultura estadounidense), el conocimiento sobre cómo administrar y seguir multiplicando esa riqueza no se hereda mediante un documento.
En este sentido, parece que quienes tienen éxito creando riqueza y multiplicándola (en vida), pasan por alto incluir planes sobre cómo seguir produciendo más una vez que la administración de dicho patrimonio pasa a sus herederos.
El conocimiento financiero se cultiva y comparte en vida.
A continuación algunos planes que podemos aplicar hoy, para no ser parte de la estadística con la que he comenzado esta publicación:
Comenzar a invertir hoy
El mejor momento para invertir era hace diez años, el segundo mejor momento es hoy. La forma más fácil, rápida y efectiva de invertir para las generaciones futuras es comenzar nuestro portafolio de inversiones y compartir lo que vayamos aprendiendo con nuestros futuros herederos.
Diversificar
Ya sea en nuestros mismos portafolios (por ejemplo teniendo renta fija y variable) o con una combinación de otros activos (empresa propia, bienes raíces), diversificar no solo que disminuye nuestro riesgo sino que genera múltiples fuentes de ingresos. También es una oportunidad para enseñar a nuestras generaciones más jóvenes por qué todos los huevos no se ponen en la misma canasta.
Un dato: depender solo de los ingresos que genere una empresa familiar, sin diversificar, pone a dicha familia en una posición de riesgo, pues nada ni nadie garantiza que los herederos del activo (la empresa) vayan a querer administrarla en el futuro, ya sea por falta de conocimiento, habilidades o interés.
Crear una estrategia para compartir conocimiento
Actividades como leer el estado de cuenta de una tarjeta de crédito, el prospecto de un fondo ETF, completar la declaración de impuestos, visibilizar las cuentas del hogar y crear presupuestos, revisar conceptos de bolsa de valores, aprender a leer estados financieros, etc., pueden compartirse en todo momento con hijos, nietos o cualquier familiar que luego usará este conocimiento en su favor y en el de su familia.
En conclusión, el mejor legado que podemos dejar a las generaciones futuras es el conocimiento. El analfabetismo financiero ha llevado que generaciones enteras destruyan riqueza. Sin embargo, lo podemos evitar aprendiendo y enseñando en familia. Así tendremos personas preparadas para, cuando tomen la posta, producir más de lo que consumirán.
Un abrazo desde Houston,
Omar
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