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Brevísima introducción a la valoración de compañías

En una conferencia de prensa en 2001 le preguntaron a Warren Buffett cómo evalúaba las empresas antes de invertir en ellas. La respuesta de Buffett fue una lista sencilla de cuatro puntos, con los criterios que él usaba como filtros antes de girar un cheque. Dichos puntos bien pueden ser usados como una introducción a la valoración de empresas. A continuación más detalles.

I: Conocimiento - ¿Qué hace la empresa?

No se puede poner énfasis suficiente en la importancia de conocer antes de invertir. Es una regla tan simple, pero tan importante, que es la primera en la lista de Buffett cuando evalúa una empresa.

Si no conoces una compañía, no la vas a poder evaluar y, por tanto, no debes invertir en ella. Preguntas como ¿qué hace la empresa?, ¿puedo identificar a qué sector e industria pertenece?, ¿entiendo el modelo de negocios y lo que la empresa produce?, nos darán una ideal inicial del grado de conocimiento que tenemos sobre el negocio. De la misma manera, la pregunta más importante es ¿tengo unavisión objetiva y clara de dónde va a estar el negocio en 10 años?

Las respuestas que demos a estas preguntas nos darán luz sobre si seguir o no analizando nuestra posible inversión. Además, hay que mantener nuestras emociones lejos del análisis. Por ejemplo, que “todo el mundo” esté invirtiendo en un sector o empresa X, no significa que también tengamos que hacerlo; en especial si carecemos de conocimiento.

Ahora bien, que hoy no estemos cómodos con lo que sabemos de una empresa X, no significa que la desechemos para siempre como posible inversión. Al contrario, nuestro interés nos puede motivar a estudiar la empresa, el sector y sus detalles, hasta que estemos en una mejor posición para evaluar una potencial inversión. Recordemos que Warren Buffett recién invirtió en Apple en 2016 y no inmediatamente después de que el éxito del iPhone fue evidente para todo el mundo (finales de 2008). Fiel a su criterio, al no entender con detalle el impacto económico que este dispositivo iba a causar a nivel global, esperó años hasta sentirse cómodo. Una vez que tuvo claro este punto (y los tres que veremos a continuación), Berkshire Hathaway se convirtió en accionista del 6% de Apple.

II: Ventaja competitiva - ¿Es sostenible?

El éxito inicial de un producto -reflejado en sus ventas- no garantiza de ninguna manera que dichos ingresos se vayan a mantener en el tiempo. De hecho, hay decenas de ejemplos de empresas que multiplicaron su capitalización de mercado durante la pandemia (Zoom, Peloton). Este factor externo les dio una ventaja competitiva, pero temporal. En este sentido, las ventajas competitivas sostenibles difieren entre una empresa y otra. Por ejemplo, la ventaja competitiva más fuerte de Apple es la fidelidad de sus usuarios con la marca.

De igual manera, la ventaja competitiva de Google es la efectividad de su algoritmo, a precio cero para el usuario final. Así podemos hacer una lista de empresas que han sabido mantener su ventaja competitiva a lo largo del tiempo, es decir, hacerla sostenible.

Ahora bien, una empresa puede adaptarse y cambiar su estrategia, creando una nueva ventaja competitiva y ofreciendo una nueva propuesta de valor. Microsoft, por ejemplo, se expandió más allá de los que alguna vez fueran sus productos estrella (Office, Windows), llegando con éxito al mercado de servidores, cloud y hasta gaming, los cuales representan hoy más del 40% de sus ingresos.

En este punto, si las empresas que le interesan a Buffett han pasado el primer y segundo filtro, ahora los ojos se posan sobre la gerencia.

III: ¿Quiénes y cómo administran el negocio?

¿Invertirías en un negocio donde Elon Musk es el CEO?

Más allá de la popularidad del CEO de Tesla (un criterio poco objetivo para evaluarlo como gerente), su éxito como administrador y líder es innegable. Paypal, Tesla, SpaceX, son tres ejemplos que sugieren que Musk tiene más probabilidad de éxito que de fracaso. Y aunque Warren Buffett no ha invertido en ninguna empresa de Musk, (tampoco lo hizo en el Apple de Steve Jobs), no significa que Elon sea un mal gerente, sino que probablemente el modelo de negocios no ha pasado el primer filtro de Buffett (conocimiento).

¿Cómo saber si un CEO y su entorno son buenos gerenciando? Pues están los puntos objetivos (los evidentes), que son los resultados financieros de su gestión y los subjetivos, como la influencia que tengan en el sector y la industria (o en el mercado en su conjunto), los vínculos políticos, el enfoque social, entre otros.

Ahora bien, hablando de las finanzas, estas son fáciles de encontrar y, con el conocimiento suficiente, poco complicadas de entender. Por ejemplo, para empresas que cotizan en bolsa, los estados financieros son públicos, así como lo son los reportes trimestrales de cómo va el negocio.

Recordemos los tres estados financieros más importantes de una empresa: la hoja de balance, el estado de resultados y el estado de flujo de caja. Regresando al ejemplo de Apple, Buffett necesitó de cinco años para entender el negocio y convencerse de la gestión de Tim Cook, que fue nombrado CEO en 2011.

El CEO y su círculo de confianza tienen la potestad de construir o destruir una empresa. Dicho esto, es importante evaluar primero cuánta información tenemos y qué tan confiable es.

Recordemos que vender millones o billones no es suficiente si los gastos superan los ingresos. Además, tengamos en cuenta la realidad de la empresa versus las proyecciones.

Nadie puede predecir el futuro. En este sentido, Buffet afirma: “No solo que no sabemos cuánto dinero nuestra empresa generará el próximo año; ni siquiera sabemos cuánto haremos el próximo trimestre. Nos parecen muy sospechosos los CEOs que afirman con frecuencia conocer el futuro y nos volvemos bastante incrédulos si (estos CEOs) ‘cumplen’ consistentemente esas metas (previamente) declaradas”.

Buffett explica que el entorno de casi cualquier negocio no es sencillo. Pensemos en la competencia, las crisis económicas, las disputas por proveedores (los materiales son finitos y los materiales buenos todavía más escasos) y decenas de factores internos y externos que pueden y van a afectar a las empresas en algún punto de su existencia.

Uno de mis ejemplos favoritos es Nokia, a quienes todos proclamaban como “rey de la telefonía celular”, poniendo a su CEO en portadas de las revistas de negocios más importantes de EEUU. Luego llegó el iPhone y todos conocemos cómo terminó ese "reino".

En resumen, la forma más objetiva de evaluar a un gerente es analizando resultados reales, verificables frente la realidad del negocio. Mientras más vida tenga la empresa, más evidente será lo que nos muestran los números. Por ejemplo, hace cinco años, Tesla estaba perdiendo dinero; hoy, no solo que la demanda por sus autos supera la producción de los mismos, sino que la empresa está generando ganancias trimestre tras trimestre.

"Sea un negocio que vende clavos o uno que vende equipo de telecomunicaciones, si sale más dinero del que ingresa, la empresa no vale nada." - Warren Buffett

Confiemos más en lo que dice la historia y menos en las proyecciones, que son una apuesta a adivinar el futuro.

IV: El precio correcto

Comencemos con dos frases de Buffett que resumen muy bien este último punto:

“Es mucho mejor comprar una compañía maravillosa a un precio justo que una compañía justa a un precio maravilloso”.

“El precio es lo que pagas. El valor es lo que recibes”.

Al referirse al valor intrínseco de las empresas, Buffett afirma que este es una estimación y no un precio fijo, pues debe corregirse (volverse a calcular) conforme cambien las tasas de interes o los flujos de caja esperados a futuro. En palabras simples, el valor actual de una acción es la suma de los flujos de caja futuros, descontados a valor presente. Calcular este monto tiene tanto ciencia como arte, pues el número que usemos para descontar los flujos de caja se compone no solo de las tasas de interés actuales, sino del costo del capital y de factores relacionados con el sector de la empresa que se está valorando.

Buffett tiene razón al señalar que el valor intrínseco de una empresa es un estimado y no es permanente, pues los flujos de caja futuros son proyecciones y, como lo mencionamos en el punto anterior, hay que manejarlas con mucho cuidado. Recordemos además, que el valor es subjetivo.

En resumen, si el precio que vamos a pagar por una empresa está por abajo de su valoración presente, es más probable que vayamos a tener retornos sobre nuestra inversión. Si Warren Buffett llegase a esta misma conclusión, en este punto giraría un cheque, invirtiendo en la empresa que ha analizado usando estos cuatro criterios.

Existen otras formas que complementan el estudio de valoración de empresas. Afirmar que una acción es “barata” o“cara” en base a su precio nominal, sin ninguna comparación, no es correcto.

Aunque es más sencillo decirlo que hacerlo, hay que comprar barato, para poder vender caro a futuro (puede ser muchos años a futuro) y esto demanda mucho estudio en el camino.

Un abrazo desde Houston,

Omar